Y SALIÓ EL SOL DE LOS GITANOS…
5 de septiembre de 2024Lecturas totales 971 , Lecturas hoy 1
JOAQUÍN ALBAICÍN
Fotos cortesía de @ Flamenco On Fire
Foto de portada: Raimundo Amador, La Kaíta y Emilio Caracafé en la sala Zentral.
El Marqués Diego de Araciel, famoso clarividente a quien conocimos, ocupó con frecuencia en Pamplona la habitación número 107 del Gran Hotel La Perla, donde, como nos recuerda su propietario y director, Rafael Moreno, “recibía a diario a numerosas personas preocupadas por su futuro”. De hecho, quiso que fuese la dirección postal del hotel, y no la de su apartamento en la madrileña Plaza de los Cubos, su nido de águilas en las alturas del VIPS, la que figurase en su Documento Nacional de Identidad. Y es que Pamplona tiene su suyo, que dirían en México.
En lo que al arte hondo se refiere ha sido, además de una ciudadanía melómana y de la existencia del importante núcleo de aficionados propio de cualquier capital, la figura del pamplonica universal que fue Sabicas el cimiento sobre el que, con ayuda del inestimable impulso y entusiasmo aportados por entidades gitanas locales como Gaz Kaló y La Casa de Sabicas, se construyó Flamenco On Fire, un festival hoy dirigido por Arturo Fernández y con ya once años de existencia. Es indudablemente gracias a esta ilustre cita que Tomatito, Manuela Carrasco, José Mercé o Sara Baras son en la actualidad iconos tan queridos en la capital navarra como Hemingway, Sabicas, Sarasate o Antonio Ordóñez.
Aquí, en una de las primeras ediciones del festival, se anotó Salomé Pavón un sonado triunfo cantando desde los balcones del Ayuntamiento y de la casa en la calle de la Mañueta donde naciera Sabicas, y este año ha reverdecido con creces aquellos laureles desde el del Gran Hotel La Perla -donde pernoctaban Joselito El Gallo, el Aga Khan, Manolo Caracol, Sidney Rome, Antonio Machín, Lagartijo, Jorge Negrete, Concha Piquer, Hemingway, Rafael Albaicín, Dionisio Ridruejo, Imperio Argentina, Agustín de Foxá, Cagancho u Orson Welles- e inaugurando con su recital el ciclo de cante celebrado en el patio del Palacio de Ezpeleta. Entonces inspirada por las guitarras de Miguel y Juan Vargas y hoy por la de Jerónimo Maya, otro artistazo bien conocido por los fieles al festival (¡inolvidable aquel acompañamiento suyo por zambra a Alba Heredia en el escenario del Hotel Tres Reyes, como inolvidable ha sido ahora su toque en el Nuevo Casino!), hablamos de una pareja artística, la de Salomé y Jerónimo, que también se ha aliado este año en el López de Ayala de Badajoz y en la VI Noche de Arte Flamenco de Fuente de Cantos.
Y nada por la mañana hacía prever su aldabonazo, por cuanto una maciza lluvia adobada con rayos y truenos barría desde muy temprano la Plaza del Castillo, confinando bajo sus soportales a cuantos nos habíamos asomado por allí a desayunar o echar la bonoloto. Pero fue asomarse Salomé al balcón y, como felizmente proclamó el festival a través de sus redes sociales y luego Diario de Navarra, salir revestido con sus mejores galas el sol de los gitanos. Así que, si alguien se sentía preocupado por el futuro artístico o atmosférico del flamenco, puede después de haber escuchado a Salomé y a Jerónimo desterrar de su horizonte toda inquietud en tal sentido.
Lo mismo procede decir de quienes se personaran en el recital de Enrique El Extremeño -recién reconocido en La Unión como cantaor para el baile- con Pedro Sierra a la guitarra. O se dejaran caer por la actuación de La Kaíta, invitada de lujo de Raimundo Amador -eviterno guardián del legado de Pata Negra– en la sala Zentral, con la sorpresa de Alejandro Vega en el fin de fiesta. O por la comparecencia del siempre personalísimo guitarrista Emilio Caracafé, tan subyugante su toque por zambra como el de Jerónimo por soleá, director musical además de la Fundación Alalá y premiado en esta edición con el Galardón Fundación Flamenco On Fire junto a Blanca Parejo, presidenta de Alalá, Carlos Martín Ballester y Cristina Cruces Roldán. O por el enjundioso concierto de guitarra ofrecido desde el balcón del Palacio de Navarra por Gerardo Núñez: nos conocimos, acierta uno a recordar, no mucho antes de grabar él El gallo azul. ¡Desde entonces sí que ha llovido! O por las balconadas y las apariciones en el Baluarte, el Tres Reyes o el Teatro Gaztambide de Tudela de nombres de la categoría de una Manuela Carrasco en gira de despedida, Aurora Vargas, José Maya con su espectáculo inspirado en los lienzos de Rothko, Pepe Habichuela haciendo confluir el flamenco con los dantzaris, la brava Mara Rey, Farruquito, Jolis Muñoz, Remedios Amaya, Alfonso Losa, Diego del Morao, Patricia Guerrero, Capullo de Jerez, Josemi Carmona, Luis Moneo, Rycardo Moreno, Lela Soto, Israel Fernández, Remedios Reyes, Jesús de Rosario o un Jesús Méndez ya en capilla de cara a su compromiso de salir de Rey Mago en la cabalgata de Jerez, entre otros.
Súmense a la euforia suscitada por la ingestión de especias hondas la elegancia y señorío innatos a Pamplona y el placer y la alegría de volver a convivir en sus calles y cenáculos flamencos con Ricardo Hernández de Gaz Kaló, Sandra Gallardo, Rico Muñoz, Blanca del Rey, Marote, José Manuel Gamboa, Bruno Jiménez, Esther Bedmar, Antonio Gárate de Canal 24 Horas, Conchi Medina, una Soleá Morente que se siente de otro planeta, Iosu Jiménez, Amparo Bengala, Pablo Calatayud, Natalia Juaristi, Rufi, Fermín Lobatón, Mertxe Labrador, Rafa Manjavacas, Loretxo Iñarrea, Miguel Jiménez, José Manuel Gómez Gufi, Paco Manzano, Mercedes Corretge, Eva La Lagartija o Jokin Elarre, campanero de la catedral… Y, por supuesto, tomar café en la terraza del Iruña o saborear los canelones de pollo o el falso risotto en el Bearan de la calle de San Nicolás… Y se comprenderá que Flamenco On Fire, destino de peregrinaje para todo un alud de aficionados franceses bajados desde esa Camargue de Manitas de Plata y los Gipsy Kings, es una propuesta artística y vital que uno debe considerar seriamente no perderse. Y es que, si hay que extraviar algo, que sea el tiempo, pues ya decía Luis Miguel Dominguín que el único que es oro es aquel que se pierde. Hay, por tanto que dilapidarlo y Flamenco On Fire constituye una distinguida y gozosa elección para ello. ¡El tiempo aquí perdido es oro!
Qué alegría saber que les ha quedado un buen sabor de boca!
Qué viva el Flamenco!!
saludos
Patricia 😉
Un saludo, Patricia.