OTOÑO Y HOMENAJE
1 de noviembre de 2023Lecturas totales 1,384 , Lecturas hoy 1
JOAQUÍN ALBAICÍN
Fotos: MANUEL GONZÁLEZ TORNOS
Tras días de borrasca en las calles y leña crepitando en las chimeneas, el Otoño Flamenco de Fuente de Cantos se engalana en esta ya vigésima edición para rendir un homenaje a quien lleva desde sus comienzos pilotándolo y toda una vida reivindicando el flamenco de los gitanos extremeños, esos aires que con tan sensacional brillantez dio a conocer y admirar un Porrina de Badajoz al que toda una cantera de voces, uñas y botines de la tierra -sus hijos Juan Salazar y La Negra, Indio Gitano, Antonio El Camborio, Marelu, Eugenio de Badajoz, Juan Cantero…- siguió en su expedición hasta el Madrid de las noches de Los Canasteros de Manolo Caracol.
Se emociona el firmante, es lógico, al recordar cómo y cuándo conoció a Paco. Fue allá por 1988 cuando un gran amigo, José Miguel Santiago Castelo, magnífico poeta y subdirector de ABC, en cuya edición nacional entonces uno escribía, me invitó:
-Mira, vienen unos amigos de Badajoz que están promoviendo una estatua a Porrina. Ven a comer con nosotros y, si quieres, luego escribes un artículo y así les echamos un capote en ese tema.
Y hombre, pues por Porrina y su cante y por Castelo… lo que hiciera falta.
Médico, diputado en Cortes, cofundador de nuestra peña y puede decirse que su patente alma y motor, presidente también de la misma en distintas etapas, Paco Zambrano ha participado en numerosos simposios y escrito varios libros entre los que emerge como punta del iceberg su biografía de Porrina, que muy gustosamente nos inspiró unas líneas. Devoto lo mismo de los recovecos adamantinos de Camarón que de la tonancia sentenciera de Paco Toronjo, el tributo es justo y merecido.
Así que… ¡Allá vamos!¡Ya llega, antes de apagarse las luces e iniciar Laura Zahínos su presentación del acto, José María Sánchez Tanito a dar un abrazo al agasajado! ¡Ya está Manuel González Tornos apostado tras su cámara fotográfica! ¡Comparece también el tenor Emilio García Carretero! ¡Y el cantaor Daniel Castro, ya impresionando los surcos de su primer disco! ¡Ya han terminado las flamencas de maquillarse! ¡Con nuestra alcaldesa Carmen Pagador en primera fila, han ocupado sus butacas Javier Rodríguez Viñuelas, cronista oficial de la noble villa de Bienvenida, y Lorenzo Fernández, cuya novela Los Dexados ha quedado este año entre las cinco finalistas entre las más de mil que optaban al Planeta!
El ciclo se inició el fin de semana pasado con un exitoso recital de Celia Romero con Francis Pinto a la guitarra y, en su segunda noche, con el esperado pase de Acaná Off, espectáculo de Ostalinda Suárez que ha podido ser visto y triunfar desde hace más de un año en Badajoz, Lisboa, Zafra… y esta vez con Hugo Sánchez en reemplazo de un Jesús Ortega que hubo a última hora de presentar parte facultativo.
Están en esta noche anunciados algunos cantaores a los que no es posible entender sin mirar de reojo hacia el espejo retrovisor genético moldeador de sus acentos. Mientras se les pone atención y devoción hay que tener presentes los soportales de la Plaza Alta, la Alameda de Hércules, el Mesón de los Castúos, Los Canasteros de Madrid, a la Virgen de los Remedios de Fregenal… Son artistas, además, conscientes de estar haciendo el paseíllo en una plaza donde se les quiere y valora.
Suenan de salida los tangos y jaleos en los ecos de un Alejandro Vega siempre pletórico de entrega, de El Madalena con sus guiños a Romillero, El Portugués y Guadiana y de La Kaíta, quien mañana actuará en Córdoba y -eterno diamante en bruto- nos va a regalar además una collera de soberbios fandangos. Salomé Pavón, figura -por su trayectoria cantaora, por el festival y la revista que impulsa y por su aportación de sangre fresca en forma de nuevos socios a la peña flamenca de Fuente de Cantos- esencial en el flamenco de la región y que viene de triunfar en el Ateneo de Madrid en el marco de la Suma Flamenca, calienta a la brasa la atmósfera con la zambra caracolera y se duele y regusta por bulerías cálidas y enduendadas. Se les suma un Paulo Molina con empaque y rabia por siguiriyas. Con todos ellos toma asiento y aliento la guitarra de Juan Vargas.
En el capítulo bailaor dibujan sus figuras sobre el proscenio Peregrino, que anduvo hace no mucho regular de salud, pero cuyas botas vuelven a repicar con la contundencia y empaque de un león, y una Parreña siempre entonada y firme y hoy orgullosa del debut oficial de su hija Carmen Molina, niña de sensacional estampa femenina y flamenca que -así quedó patente en su braceo- va a cuajar en una gran bailaora si cobra conciencia del don natural que la acompaña.
Mañana vienen Esther Merino y Miguel de Tena, con lo que se reúnen en el cartel del ciclo las tres lámparas mineras de Extremadura, más un Perrete que a un tris anduvo también de llevársela encendida a casa. ¡Todo se andará! También Fuensanta Blanco y un extenso plantel de artistas de la tierra, incluido el Manolín García cabeza pensante de este Otoño desde que Paco resolviera dar en ese sentido un paso atrás.
Luego, enfilamos todos en procesión y ordenado descenso calle Llerena abajo hacia la sede de la peña, donde a petición de la afición y ya en petit comité Salomé, Kaíta, Madalena y Alejandro quisieron recordar los acentos de Camarón por fandangos de Huelva y Kaíta también por soleá -palo que no frecuenta- los de Potito. Paco Zambrano, emoción y nostalgia, escuchaba y posaba los ojos en la copa de vino pensando, sin duda, en tantos que ya no están. ¡Por muchas noches más!
Excelente artículo.