DUENDE EN LA NOCHE
25 de julio de 2023Lecturas totales 2,644 , Lecturas hoy 1
JOAQUÍN ALBAICÍN
Desde el ramal de la A-66 por que circulamos… ¡ya se avista el antiguo molino de harina! Bordeamos el Hotel Rural La Fábrica, pasamos La Venta del Gato de Ramón, dejamos a mano izquierda el estadio de la U. D. Fuente de Cantos, escenario de tantos hitos futbolísticos celebrados con panceta, y nos deslizamos al fin por el costado de Casa Vicenta y por frente del estanco de Maribel para llegar a la plaza donde se alzan el templo de Nuestra Señora de la Granada y el escenario de la ya quinta Noche de Arte Flamenco, cerca del cual están desde hace rato los técnicos de Siroco apostados en la trinchera del equipo de sonido.
Hemos arribado, lo han adivinado, a Fuente de Cantos, primera localidad que, según la leyenda, se enfrentó en 711 a las cimitarras de Tariq y Muza. Ha cambiado de regentes el entrañable y siempre enigmático Bar Salas y ha abierto muy cerquita otro nuevo, El Sitio. La barra de tentempiés y bebidas, en este año de calor desatado, corre a cargo de la Hermandad del Cautivo.
Cae la noche y nos encontramos entre las perrunillas a Rafael El Extremeño, veterano cantaor muchas veces con la guitarra de Paco de Antequera a su izquierda, amigo de Porrina, testigo de la inauguración en Madrid de Los Canasteros, el mítico tablao de Caracol, y cultivador de la sana y encomiable costumbre de veranear en Fuente de Cantos. Y a Carmen Pagador, alcaldesa a sólo un par de días de estrenarse como senadora. A Pepe Rebolledo, director del centro meteorológico y apasionado devorador de prensa escrita. Y a los próceres de la peña flamenca local: el gran cruciverbista Juan Panea, Manuel González Tornos, Manolo Cotano, Jenaro González, Mati Martínez Sanvicente, Mari Rey e Isabel Pizarro, la mujer cuyo habla es puro Siglo de Oro… Y al querido Juan Navarro, yerno de Pepe que nos da el notición de la noche: Peralejos de las Truchas, pueblo de Guadalajara cuyo censo no llega a los doscientos habitantes, enterados éstos de que Bruce Springsteen tiene en 2023 un fin de semana libre en su agenda, está intentando montar en su plaza, junto al ayuntamiento, un concierto del Boss. ¡Hay que ir sí o sí!
Debido a haber firmado con anterioridad otro contrato para hoy, este año está ausente del cartel Manolín García, único artista flamenco -aparte de Miguel de Tena, fuentecanteño por su madre- oriundo de aquí. ¡Volverá! Mas llegan con sus guitarras y su son inconfundible Miguel y Juan Vargas, que marcan la pauta y el ritmo en el toque de esta tierra de conquistadores cuyo Django Reinhardt es, más allá de toda duda, Miguel. Y con ellos Morito Suero, que debuta en esta cita y a quien suenan la caja y el yenbé con sublime calidad, pues no en vano ha sido en muchas giras el percusionista de confianza de nada menos que Joaquín Cortés.
Sin que quede una sola silla sin ocupar en la plaza, el espectáculo fluye con admirable ligazón y naturalidad escénica desde su arranque con Alejandro Vega, Paulo Molina y Daniel Castro invocando al Duende desde los balcones del Centro Zurbarán hasta que dobla el toro tras un incandescente fin de fiesta por bulerías al que se incorporan dos niñas que son ya seguras promesas del baile: Carmen y Manuela Molina.
Gusta mucho por su sabor la rueda de engarces por tangos con las cuatro gargantas anunciadas, con cadencias muy extremeñas y muy gitanas. Siguen el cante alante de Paulo Molina -broncíneo, macizo, con solera de desbravador de corceles- por soleá apolada y el de Daniel Castro por malagueña. Es éste uno de los nuevos rostros y metales de la cabaña cantaora. Viene de inyectarse un colocón de moral tras, en reñido pugilato, salir premiado de Mairena del Alcor, Écija y Guillena, incluyendo el galardón de este último certamen la grabación del que va a ser su primer disco. ¡Lo esperamos!
Toda ella empaque y elegancia, reciente su triunfo en el Teatro Carolina Coronado de Almendralejo, pisa Carmen La Parreña las tablas con donosura tanto por tangos con el corro como, luego, en sus bien construidos bailes por alegrías y soleá, con marcajes y desplantes de bailaora importante, hecha, con fibra y billete sacado en el tren del arte.
Ya en la segunda parte, abierta por el toque instrumental de los Vargas -¿han escuchado su elegantísimo disco?- apoyados por Morito, Alejandro Vega se luce de verdad por tangos y fandangos con esa quemazón y paladar en el decir el cante que le caracterizan, justificando plenamente su status de casi nombre fijo en este festival. Yo propuse que, a modo de homenaje a Santino Corleone, que nos dejó el pasado año, abriese Alejandro el festival de smoking y entonando el tema de El Padrino de Nino Rota en la versión de Moncho. ¡Nadie me escuchó! Pero ahí quedan tanto la idea como la autenticidad flamenca generosamente derrochada esta noche por el tío de Remedios Amaya.
Como él, también Salomé Pavón redondea hoy, aquí y ahora la que ha sido su más brillante actuación en este festival. Sorprende con la bambera, cante poco frecuentado y que no ha llegado tanto como a cuajar como nuevo palo, tal que -lo hablamos en su día con Paco Zambrano- tampoco en su día la canastera de Camarón y Paco o el cante de galeras de Lebrijano y que ha quedado en el imaginario flamenco con el marchamo de cálido regalo de García Lorca a La Niña de los Peines (The Girl of the Combs en el disco editado en Estados Unidos que nos ha traído Erika M. Sutherland).
Procede, pues, que sea Salomé Pavón quien, como otros grandes cantaores que lo grabaron, esta noche lo recree, haciéndolo además con intensa dulzura y, punzante el izquierdo, cautivando a la audiencia con su halo solearero. Pletórica sin reservas, en vena cantaora, supurando verdad y firme con los avíos del culto al Duende, vira luego la proa hacia los tangos y los fandangos caracoleros, de nuevo gustándose en las entrañas y, por tanto, en la afinación y el sentimiento. ¡Suenan los olés para ella y sus entonados acompañantes!
¡Gran noche, pues, la de hoy, a rebosar de azúcares y especias, en este enclave zurbaranesco, sin duda el de más flamencas inclinaciones de la Vía de la Plata!
Créditos fotografía de portada: Salomé Pavón con Juan y Miguel Vargas. Foto @ Joaquín Albaicín