ESTA TIERRA ATESTADA

ESTA TIERRA ATESTADA

18 de agosto de 2022 0 Por Ángulo_muerto
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Frank G. Rubio

Era difícil aceptar que se habían equivocado; que todo acabaría en la nada. Habían eliminado la guerra, habían eliminado la enfermedad, habían eliminado el hambre, habían eliminado la desigualdad, la injusticia, el desorden interno y externo… y al hacerlo se habían eliminado a sí mismos. Robert Bloch (“This Crowded Earth”)

La publicación en español de esta obra del maestro por excelencia de “lo macabro y lo sobrenatural” en el siglo XX que los humanos conocimos como Robert Bloch (1917-1994) no podía ser más oportuna. La Biblioteca del Laberinto nos la entrega en una edición impecable, con portada y portadilla de Virgil Finlay (1914-1971). Esta novela corta, publicada en 1958 por Amazing Stories, resulta en muchos aspectos cruelmente premonitoria. Han pasado 64 años entre su publicación en Estados Unidos y su traducción a la lengua de Cervantes pero sin embargo su potencial metafórico futurible resulta ahora más inquietante que nunca.

Por su titulo y subtítulo, por el ensayo que sirve de introducción, Estética y superpoblación (Mary S. Weinkauf), el lector se hará ya una idea más que aproximada de la temática general que involucra. El hacinamiento urbano en un entorno futurista, convertido en problema mundial, y los peculiares remedios que tratan de arbitrar las autoridades para “resolver” la cuestión, son parte de un subgénero que abarca obras tan significativas como ¡Hagan sitio!, ¡hagan sitio!(1966) de Harry Harrison (1925-2012) o Todos sobre Zanzíbar (1968) de John Brunner (1934-1995)

Como señala Weinkauf: un mundo habitado por decenas de billones de personas proporcionaría un gran entrelazamiento…

La obra gira en torno a la vida de un habitante específico de nuestro futuro, un hombre como nosotros, a través de cuyos ojos seremos testigos de vicisitudes únicas en el decurso histórico de la Humanidad. Se desarrolla entre 1997 y el año 2065, momento en el que se habrá cosechado todo lo antes sembrado. Los escritores de ciencia-ficción en general tienden en sus especulaciones, tanto si aciertan como si no, y no es finalidad de la literatura predecir aunque sí pueda serlo advertir, a dar por supuesta una aceleración excesiva de los cambios tanto sociales como tecnológicos. Por descontado que ese 1997, escrito desde 1958, época de gran optimismo institucional, no coincide demasiado con el nuestro. En la ficción blochiana América es por entonces una distopía en marcha; y lo seguirá siendo, cada vez con mayor intensidad, a lo largo de las casi siete décadas que abarca la obra (incluyendo el 2030). No solo las vicisitudes personales del protagonista resultarán fascinantes para el lector de 2022, también lo será el desarrollo mismo experimentado por la Humanidad en este entorno de ficción que el lector atento sentirá resonar peligrosamente con su experiencia personal en su propia línea de tiempo. Sobre todo en cuestiones que, aunque sean producto de la imaginación del autor, no podrán dejar de apelar de manera directa y siniestra por su similitud con algunos escenarios del momento los lectores actuales. Pensemos desde la ficción en unas inoculaciones generalizadas, concebidas como remedio a la superpoblación, aplicadas por el gobierno de los Estados Unidos para mejor provocar un drástico cambio en la genética de la especie…

Robert Bloch comenzó su carrera literaria a muy temprana edad y bajo la influencia de su amigo Lovecraft, con quien comenzó mantener una relación epistolar en 1933. En 1935 publica sus primeras dos historias en Weird Tales. Contaba entonces con 18 años. Un año después del fallecimiento de Lovecraft publicaría su primera historia de ciencia-ficción, un género en el que tendría una presencia menos pronunciada que en los de terror o misterio; géneros en los que se convertiría en un auténtico maestro del relato, donde aportará una producción copiosa, innovadora y eficaz. Con el tiempo su estilo evolucionaría más allá de la influencia del maestro de Providence y adquiriría una intensidad idiosincrásica que le hace único, como bien podrá percibir el lector de esta novela corta de ciencia-ficción.

Durante los años 40 llegó a tener su propio programa de radio consagrado, claro está, al Terror. En 1959 publica Psicosis, su sexta novela, que sera llevada al cine por Alfred Hitchcock (1899-1980) en 1960. Es entonces cuando Bloch inicia su carrera en Hollywood. Durante casi treinta años su presencia en cine y televisión, siempre al servicio del horror y el suspense, será abrumadora. Publicó su autobiografía en 1993, falleciendo de cáncer al año siguiente con 77 años. Recibió el Premio Hugo, el Stoker y el Mundial de Fantasía…fue también presidente de la Asociación Americana de Escritores de Misterio.

Advertirá el lector qué poco le he dicho sobre el contenido de la novela, está llena de sorpresas y no quiero revelarlas. Su ritmo es trepidante y hay en ella numerosas influencias del pulp. Al mismo tiempo nos provee con una reflexión sobre el futuro muy original. En 1958 Bloch no era aún el triunfador en que terminaría convirtiéndose, gracias a su trabajo como guionista de cine y televisión. En 1958 el tema de la superpoblación, aunque hubiera sido ya tocado en el género, el excelente y erudito articulo de Mary S. Weinkauf da cuenta de ello, no se había convertido aún en obsesión dominante de los gobiernos como está haciéndolo ya en nuestro tiempo. Aún no se había formado el Club de Roma (1968), ni se hablaba de los “limites del crecimiento” (1972).

Esta novela responde más a los estilemas de la ciencia-ficción del momento (mutantes generados en laboratorios, supervivencia deficitaria de la Humanidad tras graves desastres y guerras, científicos locos, totalitarismo tecnocrático…) y da respuestas verdaderamente curiosas a inquietudes universales; se incluye en ella, con ironía sutil, incluso una critica del género fantacientífico por no haber sabido prever lo que iba a ser el futuro…

En 1957 Robert Bloch da una conferencia en la Universidad de Chicago sobre la “imaginación y la critica social moderna”, donde denuncia con dureza el carácter fuertemente conformista de la literatura general norteamericana tras la segunda guerra mundial; afirmando como la ciencia-ficción devino precisamente en este tiempo un vehículo de crítica social. Pero, a continuación, tras un análisis minucioso donde cita numerosas obras y autores, saca el bisturí y realiza un acerado haz de referencias del género y su formato de extrapolación de las sociedades futuras. Su diagnóstico es similar al realizado con la literatura general. Por descontado señala excepciones, una curiosamente tiene que ver con la superpoblación y es la novela de Tiffany Thayer Doctor Arnoldi. Tiffany Thayer, que fuera presidente de la Sociedad Forteana, es tema para un artículo en sí mismo. Y, por descontado, con un estilo fuertemente propio al final remonta el vuelo y justifica la existencia de la ciencia-ficción; no solo a pesar de sus déficits sino por ellos mismos.

Termino el artículo con un par de citas directas, procedentes de su sorprendente e incisiva conferencia:

“Frente a las ideas popularizadas por gran parte de la ciencia-ficción de que la tecnología o el condicionamiento psicológico de las masas salvarán al mundo, se alzan pocos disidentes. Sólo el espíritu humano puede proveer esa salvación. Sturgeon en Más que humano o Thayer predican la evolución en lugar de la revolución, la evaluación en lugar de la revelación y el derecho del individuo (como héroe) más que su poder.”

“Yo mismo no he publicado aun una novela de ciencia-ficción propia. Y puedo decir con franqueza que si alguna vez lo hago hay muchas posibilidades que sea un libro como muchos de los que he descrito aquí; con estado totalitario, resistencia subterránea activa, héroe solitario, etc. Espero también que si tratara de introducir de buena fe elementos de crítica social estos estarían subordinados a lo que editorialmente se llama “entretenimiento” en forma de acción rápida, secuencias de persecución, trucos, artilugios, sorpresas impactantes y todo lo demás. Como la mayoría de mis compañeros escritores estoy reflejando consciente o inconscientemente mi propio tiempo”1.

1 Imagination and Modern Social Criticism en THE SCIENCE FICTION NOVEL: IMAGINATION AND SOCIAL CRITICISM Introducción de Basil Davenport con textos de Robert A. Heinlein, C.M.Kornbluth, Alfred Bester y Robert Bloch. Advent:Publishers.(2021-1959)