El nacionalismo ruso moderno
17 de diciembre de 2020Lecturas totales 949 , Lecturas hoy 1
José María Faraldo
Por Javier Esteban*
El profesor José María Faraldo presenta una obra compuesta por una serie de ensayos sobre el fenómeno del nacionalismo ruso. Lo hace de un modo divulgativo, siendo un gran especialista. Esta es la primera virtud de la obra, que recoge parte de sus investigaciones y publicaciones universitarias. El investigador nos acompaña en un recorrido interesante por la historia de las ideas. El imaginario ruso se recrea en un hilo conductor a través del cual el autor presenta un fenómeno complejo que alimenta uno de los factores geopolíticos más interesantes del mundo actual: el nuevo Estado ruso.
Las raíces históricas, filosóficas, imaginales, literarias y propagandísticas de la conciencia nacional rusa y su relación con el actual Estado ruso y su ideología constituye la base de la tenaz investigación. El autor es un contemplador del alma rusa – me atrevo a decir que un amante de la misma- pero además es un estudioso del poder ruso. Su investigación sobre la identidad recorre las ideas que sobre esa nación se perfilan desde el siglo XIX hasta nuestros días, pero además acierta al dar a las ideas la dimensión práctica y necesaria que tienen.
En la creación de una conciencia nacional rusa confluyen románticos, reaccionarios, liberales nacionales, nacional-bolcheviques, nostálgicos del imperialismo soviético, nacional-populistas y rusófilos de toda condición, pero también los miembros del Aparato, gestores pragmáticos. El libro comienza en la actualidad y acaba en ella. Putin es de algún modo la estrella invitada de esta constelación… pero también la consecuencia encarnada de la máscara de la identidad y de la necesidad. Putin aparece en la obra como un pragmático que se alimenta del imaginario nacional para ejercer su autoridad y también su interesada custodia conservacionista y protectora sobre Rusia. El problema de la identidad es siempre, como bien demuestra este libro, un problema de adaptación de la conciencia colectiva a los acontecimientos. El imaginario de la identidad se construye sobre sueños, autoficciones, relatos míticos e inconscientes, pero también sobre necesidades pragmáticas del poder y de su herramienta el Estado, tal y como apunta y demuestra con acierto el autor. La ficción nacional es un hecho causal y una consecuencia también de la existencia de los Estados y de las naciones y esa es la piedra filosofal del putinismo, como apunta José María Faraldo.
Rusia, señala el autor, comparte con España su naturaleza fronteriza periférica y atrasada respecto a Centro-Europa. Ello ha supuesto si cabe una adaptación más traumática a la modernidad. El problema de la identidad (toda identidad es problemática) es la permanencia de la misma en los procesos históricos, técnicos e imaginales. La mutación globalista supone una crisis de Estados e identidades nacionales. Esta idea gravita sobre el libro especialmente cuando el autor analiza el porvenir de Rusia y la política de Putin. El libro resulta útil, sencillo y concreto. Es recomendable para aquellos que gusten de Rusia, pero también para aquellos que quieran comprender la génesis de su poder actual y de su supervivencia: estudiantes, investigadores, periodistas.
*Es profesor en la UCJC .