Emisarios del engaño
7 de diciembre de 2018Lecturas totales 1,093 , Lecturas hoy 1
Frank G. Rubio
Contactos y sectas en el fenómeno OVNI
Jacques Vallée
Reediciones
Anómalas 2017
Mucha gente está cansada de seguir con el juego humano.
Con un Prefacio del autor a la edición de 2008, año en el que se materializó la crisis económica que aun persiste en sus efectos que, como el 11 de Septiembre de 2001, transformó de manera radical las expectativas y conductas de quienes pensaban que el siglo XXI sería otra cosa, RA pone en nuestras manos un autentico clásico de la “ufología” que la desidia de nuestro mundo editorial, proclive a la edición de multitud de bodrios sobre esta y otras cuestiones afines, no había sido capaz de materializar.
En 1979, fecha de publicación de este libro, la creencia en una posible visita extraterrestre estaba comenzando a hacerse general entre los jóvenes de los Estados Unidos. El propio Presidente en ejercicio entonces, Jimmy Carter, una marioneta de la Trilateral, que provocó con su penosa gestión la llegada al poder de los ayatolas en Irán y con quien dio comienzo la política de contrarrestar a la URSS en Afganistán apoyando a los muyahidines, innovaciones en la arena internacional ambas cuyas consecuencias siguen dictando las prioridades geopolíticas de los Estados Unidos, era un convencido creyente en la existencia de los Ovnis; antes de participar en una alocución en el Club de los Leones, el día 6 de enero de 1969, dijo haber contemplado uno de ellos.
Tras muchos años de investigación y varios libros en su haber sobre el asunto de las “luces en el cielo” y los “pequeños hombrecitos verdes”, todos ellos de gran calidad, Pasaporte a Magonia (1969) se ha convertido en un clásico de lectura obligada, Vallée, que combina en sí mismo una formación científica rigurosa (astrónomo y doctor en ciencias de la computación, fue uno de los fundadores de la WWW) con una profesión que le obliga a tomar decisiones y aprender de ellas (exitoso empresario de capital riesgo), enmarcado todo ello en una propensión filosófica sutil de corte claramente humanista, ha llegado a la conclusión de que no nos encontramos con naves espaciales, ni con armas secretas cuando hablamos de Ovnis sino con un sistema de control que hace hincapié en la conciencia humana y su manipulación. La consabida hipótesis extraterrestre como explicación del fenómeno forma parte de ese dispositivo. La película de Spielberg, Encuentros en la Tercera Fase (USA, 1977), marca una autentica vuelta de tuerca en el mundo ufológico; uno de los personajes más destacados se inspira en el propio Vallée (1) que trabajó como consultor en el film, a pesar de lo cual Spielberg prefirió acercar al publico el fenómeno a través de la hipótesis extraterrestre.
Libro extremadamente rico en bien fundadas e inquietantes conjeturas, pleno de fascinantes anécdotas y escrito con claridad y amenidad, pone de relieve, recordemos la época en la que fue escrito, cuestiones que siguen siendo hoy de radical actualidad. La creencia en la intervención extraterrestre como panacea para establecer una solución a todos los problemas que afectan a las naciones de la Tierra, una paz global impuesta y artificialmente ovacionada (Estado Mundial), posibilitada por la metódica construcción de una situación de irracionalidad masiva facilitada, entre otras cosas, por las actitudes de rechazo de los científicos a considerar el estudio riguroso del fenómeno, sitúan a la Humanidad ante una peligrosa encrucijada. Ya Lovecraft (2) muchos años antes había señalado, con relación a la superstición, la deficiente actividad de quienes mejor podrían combatirla. Los científicos (3), más allá de mitologías periodísticas, son desde la Primera Guerra Mundial, una subcultura gregaria de corte funcionarial al servicio decidido de los poderes terrenales; con las obvias excepciones de rigor. Puro personal de servicio.
La emergencia de numerosos cultos que veneran a los Hermanos del Espacio, sincronizada casi desde sus comienzos con la fenomenología Ovni, permite detectar la presencia de vectores ocultistas y, consecuentemente, de todo tipo de infiltrados procedentes de las agencias de seguridad más dispares y secretas.
Gran parte de los temas tratados en la contracultura, prosigue Vallée, podemos encontrarlos en los mensajes del espacio de los que hablaban los contactados de los años cuarenta y cincuenta. Muchos de ellos gente sincera que había sufrido un trauma en su “encuentro”. El miedo y la confianza son dos pilares esenciales para comprender la vida social. No olvidemos que hace muy pocos siglos las sociedades se fundamentaban en referentes determinados por aseveraciones basadas en confrontaciones personales con lo sobrenatural, aseveraciones que eran consideradas extremamente cualificadas por determinados grupos de poder
. La decadencia espiritual de nuestra civilización, extendida por casi todo el globo terrestre, aunque aun no con la misma intensidad en todos los lugares, muestra una muy grave incapacidad para abordar lo irracional. Esto haría posible manipulaciones desarrolladas por grupos poderosos actuando en secreto o de manera subrepticia. No es casual que sea California uno de los lugares nutricios de esta corriente y que sea allí donde se ha puesto en marcha la industria de los ordenadores, la Red y la Inteligencia Artificial. La digitalización, la automatización del pensamiento, la conexión global, la virtualidad son, todos ellos, fenómenos que se inician en gran medida en el estado número 31 de la Unión (4).
En este libro encontrarás, querido lector, datos y conjeturas que permiten formarse una imagen más o menos o unitaria de cuestiones en apariencia tan disjuntas, al menos desde categorías aristotélicas o cartesianas clásicas, como puedan ser las mutilaciones de ganado, los mensajes de los contactados procedentes de la Otra Parte, las concepciones de la contracultura, vinculada más de lo que se piensa a operaciones secretas de las agencias de seguridad, y los usos de técnicas psicotrónicas que permanecen en la zona de sombra de nuestras instituciones (fundamentalmente las militares) (5). Como señala el autor, que ha investigado, analizado y comparado pero no ha sido partícipe: detrás del fenómeno Ovni se encuentra una herramienta de manipulación de masas; creo que mientras se mira a las estrellas se destruyen y reconstruyen las instituciones humanas.
Tanto la Física cuántica, mal entendida, como la peor sociología, procedente esta ultima en gran medida del marxismo con ribetes psicoanalíticos (introducido de manera contundente en el mundo universitario norteamericano durante la postguerra por algunos miembros de la Escuela de Fráncfort), a lo que habría que añadir las concepciones behavioristas que ven en el ser humano una tabla rasa en la que imprimir lo que le peta a los educadores, permiten suponer, no sólo como afirma el autor, que haya un grupo con gran poder de influencia que esté utilizando varias sectas como una forma de alcanzar sus objetivos, si no incluso que su hoja de ruta ya no esté, al menos en esta etapa, tan vinculada a la ufología como en sus comienzos, haciendo más bien hincapié en azuzar pasiones de corte milenarista muy toscas vinculadas al miedo a supuestos acontecimientos cósmicos; pongamos por ejemplo el espejismo denominado “cambio climático”. Dado que la realidad humana no es más que una ilusión, una construcción social, ¿por qué no engañar a todos con lo que tengamos a mano?
De esta manera se estaría gestando en el horizonte una nueva sociedad de corte planetario mediante el moldeamiento de nuestro futuro colectivo a partir de todo tipo de estratagemas y engaños.
Contactados y conectados seremos trasladados sin cambiar de lugar, mediante la manipulación del Imaginario, a las más ponzoñosas estancias del Hades. Parafernalias como la clonación o los robots con forma humana, generalmente femeninos, nos instruirán, como ya han hecho televisores y móviles, en los usos y abusos de un nuevo espacio de imbecilidad compartida y control ilimitado. El “nuevo paradigma”.
Melquisedek de baratillo, RAEL con estrella de David dopada con esvástica en el centro, la “guerra de las galaxias” y su “fuerza” astringente o la MATRIX subnormaloide de los fabricantes de chatarra digital; estas aberraciones arquetipales fabricadas sobre la marcha, meras caricaturas de conocimientos esotéricos profundos, sin duda serán (son) la comidilla mental y cultural de quienes quieren acabar con la democracia e implantar un nuevo sistema monetario y un gobierno mundial. Para salvar a la Tierra Verde… Porque otro mundo, sobre todo si es peor, no cabe duda que es más que posible.
Cómo señalaba un contactado, y con esto término, no sin recomendar antes encarecidamente la lectura de este libro que se ha adelantado mucho a los acontecimientos que pronto se desarrollarán ante nuestros “ojos bien cerrados” por las fantasmagorías de los colapsados:
La humanidad pasara de venerar a Cristo a venerar a los Ovnis y todos gritarán con abominable y teledirigido alborozo: ¡ya no tenemos que seguir el antiguo `programa de Armagedón!
En el subsuelo mientras tanto, unos kilómetros por debajo del Metro y de las alcantarillas, seres de pequeño tamaño, rasgos mongoloides, como muy bien avisó Lovecraft, canibalismo fehaciente y aspecto similar a los de los “grises” o al repulsivo y deforme personaje de ET, masticarán la mirra y gorjearán abominables sortilegios dirigidos a otros astros remotos.
Y la luz se desvanecerá…
“Klaatu barada nicto.”
1. Encarnado por el director de cine francés Truffaut (1932-1984).
2. El cáncer de la superstición H.P.Lovecraft (la Biblioteca del laberinto, 2018) En Miscelánea 2
3. Vallée relata el inquietante evento en el que estuvieron implicados varios astrónomos franceses que, por su cuenta y riesgo, para evitarse problemas con la administración borraron el contenido de una cinta magnética con datos procedentes de observaciones hechas por un satélite de posibles Ovnis. (1961)
4. Especialmente interesantes las referencias a las cintas de Timothy Leary (1920-1996) grabadas en la cárcel.
5, Aunque si nos ponemos serios veremos que la televisión o el uso sistemático que hoy se hace de ordenadores personales en todos los formatos implica un inmenso potencial psicotrónico de control.