Sorprendentes hechos ocultos sobre la no violencia machista

3 de diciembre de 2018 1 Por Ángulo_muerto
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Robert Anton Wilson

 

Llevo bastante tiempo queriendo traducir este pequeño ensayo de Robert Anton Wilson que se incluye en “Email to the universe and other alterations of consciousness”. He modificado mínimamente el título ─originalmente “Shocking hidden facts about male non-violence”─ cambiando “masculino” por “machista” para darle un pequeño punto de picante en el panorama de polémicas de la actualidad.

¿Fue RAW un machirulo? ¿Vislumbró la Internacional Feminazi?(*) ¿Fue un señoro adalid del cuñadismo políticamente incorrecto más retrógrado? Si el lector o lectora está ahora mismo planteándose seriamente estas cuestiones, le recomendaría simplemente leer un poco más a RAW: como ya se ha dicho en otro lugar, sus herramientas de pensamiento ─como el agnosticismo modelo─ son extremadamente útiles para no hundirse en los mares digitales de la sobrecarga informativa.

─Ignatius K. Dick

(*) si bien no la identifica con dicho nombre, la metáfora que incluye hacia el final del texto parece dejar poco lugar a la duda.

 

***

Sorprendentes hechos ocultos sobre la no violencia machista

por Robert Anton Wilson

Escribí esta pieza en abril de 1996 para una revista titulada Backlash, y tan sólo la he reescrito ligeramente. Debería resultar interesante no sólo a aquellos que se hallen en la actualidad en algún grupo con estatus de chivo expiatorio, sino también a aquellos que NO se hallen en tal grupo ─porque en nuestro acelerado mundo moderno todos seremos adscritos en algún momento al rol de los Deplorables.

¿Sabía usted que en los Estados Unidos de América alrededor del 98% de los varones no han sido nunca convictos de crímenes violentos o nunca han cumplido condena en prisión?

¿Que, incluso teniendo en cuenta que los EEUU encarcela a un porcentaje mayor de sus ciudadanos que cualquier otra nación, alrededor del 98% de nuestros varones nunca han sido convictos por violación, asesinato, abuso de menores, asalto, agresión, allanamiento o cualquier tipo de violencia?

¿Y que, del porcentaje de varones que ingresan en prisión, casi la mitad son convictos por crímenes sin violencia?

Estos hechos estadísticos básicos sobre no violencia masculina han sido ocultados por una ideología/mitología que llamo androfobia ─o sea, miedo y odio hacia el varón.

La Androfobia oculta también hechos como los que siguen:

─Importantes feministas del pasado han incluido a varones en sus filas tales como Clarence Darrow, John Stuart Mill, Henrik Ibsen, Robert Dale Owen, James Joyce and Bertrand Russell.

─Los psicólogos que miden el CI no han hallado nunca diferencia alguna entre la inteligencia de varón y mujer. ¡CI altos, medios y bajos se encuentran en ambos sexos! ¡No hay evidencia científica de la inferioridad del varón! ¡La mitología de la estupidez y brutalidad masculina ha sido esparcida por los andrófobos sin evidencia estadística alguna!

─¿Cree usted que los varones son brutales de forma innata? Cuando ningún otro ser humano estaba dispuesto a cuidar de los leprosos de la Isla de Molokai fue un varón, el Padre Jozef Damián, quien se desplazó allí para cuidar a aquellos desafortunados.

Considérense otros hechos suprimidos acerca de la masculinidad:

─Aún siendo hombres Miguel Ángel, Christopher Wren y Fran Lloyd Wright son casi universalmente considerados como grandes arquitectos.

─El primer panfleto Feminista publicado en los EEUU fue escrito por un varón: Tom Paine (quien además escribió el primer panfleto antiesclavista).

─La música más original del siglo XX, el jazz, fue creada casi en su totalidad por hombres negros.

─Las librerias públicas gratuitas, que permitieron la disponibilidad del mayor número de conocimiento para el mayor número de personas hasta la invención de Internet, fueron fundadas gracias a donativos hechos por Andrew Carnegie, quien no sólo fue un varón sino un varón blanco y rico ─un maldito entre los malditos.

─Leonardo da Vinci hizo cientos de grandes contribuciones tanto a la ciencia como al arte a pesar de su triple discapacidad como varón, zurdo y homosexual.

─Hombres como Martin Luther King Jr, Mahatama Gandhi y Sean McBride han jugado roles importantes en la lucha por la paz mundial.

─Incluso aunque Shakespeare, Dante y Homero fueran varones, se las arregalron para ser capaces de escribir poesía al menos tan buena como la de Amy Lowell.

─Beethoven, Mozart y Bach fueron varones y aún así escribieron música al menos tan buena como la de Hidelgarda de Bingen.

─Varones como Newton, Einstein y Arquímedes hicieron contribuciones tan importantes a la ciencia como Marie Curie.

─La cura de la fiebre amarilla, que salvó las vidas de millones, fue descubierta por un hombre, el Mayor Walter Reed.

─A pesar de la mitología/ideología androfóbica, en momento alguno de la historia excepto en el presente ha sido considerada la masculinidad como una vergüenza, una desgracia o un signo de inferioridad. Todas las religiones “mayores” (las que cuentan con millones de seguidores) fueron fundadas por varones nacidos en Asia (Confucio, Lao-Tsé, Buda, Moisés, Jesús, Mahoma).

─Los hombres fueron responsables de descubrimientos tales como el barco de vela, la brújula, el motor de vapor, el generador de corriente alterna, el ordenador y tantos otros. También los varones crearon el 90% de las matemáticas.

Todo esto suena extraño, bizarro y casi increíble, lo sé. Hemos estado tan expuestos al lavado de cerebro del meme androfóbico que a duras penas podemos creer que los varones hayan hecho poco más que dispararse los unos a los otros, violar a las mujeres y hacer saltar a pedazos al personal. La androfobia se ha convertido en la única forma respetable de intolerancia ─la única forma de difamación colectiva que casi todo el mundo considera “políticamente correcta”, y que por lo tanto no es cuestionada en casi ningún lugar. Los logros masculinos, pues, han sido sistemáticamente excluídos del “universo del discurso” ─esto es, de las cosas sobre las que habla la gente “agradable”.

Clarifiquemos la ideología de la androfobia: defino androfobia como la transferencia a todos los varones de los estereotipos negativos que el Ku Klux Klan y otros neandertales asignan tan sólo a los varones negros:

  • inferioridad mental, por supuesto
  • infantilismo emocional o “inhabilidad para pensar racionalmente”
  • brutalidad ─esto es, estatus sub-humano
  • criminalidad
  • violencia sexual, etcétera

¿Puede verlo? Todos los viejos clichés racistas ─excepto el de “un mayor sentido del ritmo”.

Por lo tanto considero la androfobia como la mera transmutación del racismo en sexismo, un “avance” que no es avance alguno.

Déjenme dejar algo meridianamente claro: no me opongo al Feminismo; al contrario, rechazo toda forma de estereotipificación y deshumanización. La Androfobia (la vituperización de lo masculino) no tiene vínculo intrínseco o necesario con el Feminismo, y muchas Feministas la rechazan tajantemente. Por usar una analogía, Marx dijo que «el antisemitismo es el socialismo de los locos». De forma similar, considero la androfobia como el Feminismo de los imbéciles.

Me opongo a la androfobia como génerocidio psicológico. Creo que subyace a la depresión masculina generalizada (que los psicoterapeutas reconocen como “epidemia”), y también explicaría la elevación de las tasas de suicidio de jóvenes y jóvenes adultos.

La tasa de suicidio entre los jóvenes de 16 a 19 años es cuatro veces superior al de las mujeres, y la tasa de suicidio de los varones de 20 a 24 se eleva seis veces sobre el de las mujeres (de acuerdo al departamento de Sanidad de los EEUU).

Esta autodestructividad ha ido aumentando paulatinamente, entre los varones, durante los últimos 30 años ─desde el surgimiento de la ideología androfóbica. Pocos quieren crecer como varones en una sociedad en la que la masculinidad se define como un síntoma de incurable inferioridad o criminalidad.

La androfobia ha creado un tipo de tensión que los psicólogos denominan “doble vínculo”. Un doble vínculo clásico, tal y como lo definió Gregory Bateson en su obra pionera sobre dicho sujeto ─“Comunicación: la matriz social de la psiquiatría”─ involucra:

  1. una elección imposible que uno no puede rechazar, y,
  2. tanto o más crucialmente, una norma social que prohíbe el comentario verbal de la imposibilidad de la situación.

Gays, negros, hispanos y otras minorías mantienen la libertad de comentar su situación ─incluso de hacerlo de forma agresiva o con protestas en las calles.

Sin embargo, uno no puede hacer comentarios acerca de la androfobia en estos tiempos. No es sólo “políticamente incorrecto” sino virtualmente inconcebible. Hablar siquiera de este tema constituye un tabú muy grande ─mientras millones de jovenes y adultos se tambalean entre la depresión y el suicidio anualmente.

Por ejemplo, en 1979, el psicólogo Roy Schenk intentó impartir un taller sobre la opresión hacia los hombres en la conferencia anual de la Asociación por la Psicología Humanista. Anunció con antelación que el seminario investigaría lo que el hecho de crecer «siendo percibidos como moralmente inferiores a las mujeres» hace en la psique de los varones. La APH no permitió la realización del taller.

Este año lo intenté de nuevo, ofreciendo un taller similar en una conferencia de la Nueva Era que me tuvo como organizador de talleres en varias ocasiones en el pasado. Tampoco permitieron que este tema fuese discutido en absoluto.

Considérese la “lógica” de la androfobia y cómo contradice los hechos conocidos deliberadamente. Recuerde: el 98% de los hombres de los EEUU nunca han estado en prisión o han cometido crimen violento alguno, pero el o la andrófoba insisten en que todos los hombres son “violentos”. Alguna de la música más tierna y bella del mundo ha sido escrita por hombres como Mozart, Bach o Beethoven, pero el o la andrófoba insiste en que los hombres son “insensibles”. Por repetirlo de nuevo: todas las religiones mayores basadas en la justicia y el amor fueron fundadas por hombres (hombres asiáticos, de hecho) ─pero el o la andrófoba insiste en que los hombres son “codiciosos” y “competitivos”. Este tipo de “lógica”, basada en la ignorancia total de datos inconvenientes, parece ser común a toda forma de racismo, xenofobia o intolerancia.

De hecho, si se escucha despotricar a cualquier andrófoba de relevancia (como Carol Hemingway, Andrea Dworkin o Robin Morgan) y se intercambia mentalmente la palabra “varón” por “judío” cada vez que ésta aparece, el resultado es totalmente indistinguible de los dislates de Hitler, porque la “lógica” de la intolerancia sigue siendo la misma en todos los casos.

Es la “lógica” de adscribir una esencia a un grupo misceláneo, lo cual es únicamente posible cuando todos los hechos sensoriales espaciotemporales son reemplazados por abstracciones fungibles; pero este salto hacia la abstracción es “políticamente correcto” y nadie se atreve a desafiarlo.

Por lo tanto, el “mal” de la masculinidad de nuestra sociedad hoy, como el “mal” de la brujería en el medievo, está fuera de debate o discusión. El tabú “sin comentarios” se aplica, conduciendo directamente a un doble vínculo que dispara colapsos mentales. Los varones, por tanto, se han convertido en la única minoría que puede ser calumniada y degradada mediante cualquier estereotipo grupal en los medios “respetables”, sin posibilidad de que se permita refutación alguna. Todas las otras minorías pueden “contraatacar” contra la calumnia grupal, pero los hombre que intentan defenderse de los estereotipos y difamaciones colectivas son considerados locos o “negacionistas”, o más allá de los límites del discurso razonable.

Afortunadamente esto está empezando a cambiar ─poco a poco. Esperemos el día en que la cordura y el sentido común triunfen sobre los prejuicios, y todo hombre y mujer y toda persona de toda raza sean juzgados uno por uno, y no condenados en base a estereotipos grupales. De momento, los antisemitas (y la mayoría del resto de fanáticos) pueden hacer circular sus dislates lunáticos sólo a través de enfermizas URLs visitadas con poca frecuencia, mientras que los andrófobos cuentan todavía con libre acceso a los grandes medios y pueden esparcir indefinidamente las más estúpidas formas de sexismo mientras declaran a la vez oponerse al sexismo.

Como dijo Shakespeare (mínima revisión y actualización añadidas):

Soy un hombre. ¿No tiene un hombre ojos? ¿No tiene un hombre manos, órganos, dimensiones, sentidos, afectos, pasiones? ¿No es alimentado con la misma comida, herido con las mismas armas, sujeto a las mismas enfermedades, curado por los mismos medios, calentado y refrescado en el mismo verano y en el mismo invierno que una mujer? Si se nos pincha, ¿no sangramos? Si se nos hacen cosquillas, ¿no nos reímos? Si se nos envenena, ¿no morimos?