911 dias despues

911 dias despues

29 de noviembre de 2013 0 Por Ángulo_muerto
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Madrid 11-M: 911 días después.

Las huellas del Imperio (Vídeo) 

Carlos C

El 11 de marzo de 2004, exactamente 911 días después del 11-S, varias bombas explotaban en cuatro trenes de cercanías de Madrid (España), provocando la muerte de 190 personas y heridas graves a unas 2000. Inmediatamente y sin prueba alguna, la prensa y los gobiernos de muchos países (vinculados a la OTAN en la mayoría de los casos) responsabilizaron de la masacre a la indefinible y etérea organización islamista al-Qaeda.

El 11-M habitualmente ha sido utilizado en España como arma arrojadiza en la lucha por el poder entre los dos partidos que se turnan en el gobierno (PP y PSOE), dejando a un lado el análisis de las importantes consecuencias internacionales que tuvo; curiosamente, todas ellas beneficiosas para los intereses de los Estados Unidos y de sus principales aliados.

En primer lugar, el 11-M fue de gran ayuda para que Estados Unidos y Gran Bretaña siguieran justificando ante la opinión pública nacional e internacional su lucrativa Guerra Mundial contra el Terrorismo (invasiones de Irak y Afganistán), iniciada por George W Bush tras el 11-S. En segundo lugar, los atentados de Madrid sirvieron para escenificar sobre suelo europeo, de una manera terrible y brutal, el mito de la amenaza terrorista islamista; una escenificación que obligaría a muchos estados europeos a implicarse con mayor decisión en la Guerra Mundial contra el Terrorismo y, especialmente, para que Francia y Alemania, países que se venían oponiendo a los planes bélicos de Washington, adoptaran una actitud más tolerante hacía ellos, cuando no, participativa. En tercer lugar, la magnífica gestión propagandística de los atentados de Madrid, llevada a cabo por los medios de comunicación norteamericanos, contribuyó decisivamente a la reelección de la “guerrista” administración Bush en las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre de 2004. El 11-M sirvió también para arrancar a la ONU una resolución por la que se internacionalizaba el mando de las tropas desplegadas en Irak, dotando a la guerra, por primera vez, de una cierta apariencia legal. El impulso del USAFRICOM o el endurecimiento de las leyes de vigilancia y control social fueron otras de las muchas consecuencias que tuvo el 11-M a nivel internacional.

Existen multitud de indicios que señalan a la OTAN y a varios servicios secretos atlantistas (especialmente a la CIA) como los verdaderos autores espirituales y materiales del 11-M. Sin duda alguna, el más importante de todos lo constituye el Ejercicio de Gestión de Crisis (CMX-04) puesto en práctica por la OTAN entre los días 4 y 10 de marzo de 2004 en diferentes capitales de los estados miembros (entre ellas Madrid), consistente en el simulacro de un ejercicio antiterrorista frente a un ficticio atentado de al-Qaeda que tenía como consecuencia, casualmente, 200 víctimas mortales y 2000 heridos de diversa consideración. Este ejercicio permitiría que los días previos a los atentados, multitud de personal militar y civil vinculado con la OTAN se pudiera mover por Madrid, portando todo tipo de material militar, sin ningún tipo de control por parte de las autoridades locales.

Durante el juicio del 11-M, muchos policías y especialistas en explosivos no sólo desmontaron con sus testimonios la mayor parte de las pruebas que sirvieron para construir toda la versión oficial (la mochila-bomba de Vallecas, las pruebas halladas en la furgoneta Kangoo), sino que además afirmaron rotundamente que el 11-M no podía ser obra de una banda de simples neófitos y delincuentes de poca monta, como los que finalmente fueron culpabilizados (los siete supuestos suicidas de Leganés y Jamal Zougan), pues por los efectos de los explosivos utilizados y las características del operativo puesto en práctica (hacer que los cuatro trenes explotaran en las estaciones), tan sólo personal militar altamente cualificado y con un control total del espacio de radiofrecuencias podría haber ejecutado una operación de la magnitud y complejidad del 11-M.