Olga Guadalupe

Olga Guadalupe

13 de noviembre de 2013 0 Por Ángulo_muerto
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OLGA GUADALUPE MELLA

Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Madrid y doctora en Literatura Española por la Universidad de Pennsylvania (Filadelfia, EEUU), donde es profesora de Lengua y Literatura. En EEUU ha ejercido además la docencia en Bucknell University (Lewisburg, Pennsylvania) y en la Universidad de Wisconsin-Milwaukee. Asimismo ha impartido clases en la Universidad Antonio de Nebrija de Madrid.

Ha publicado artículos, capítulos y reseñas sobre la literatura del XVIII y XIX, sobre novela y cine, y poesía de los siglo XX y XXI. Premio “Voces Nuevas” de Poesía 2007 de la Editorial Torremozas y Finalista Premio Loewe 2011, es autora de los poemarios De amor tan solo (Vitruvio, Madrid, 2007), La memoria donde ardía (Betania, Madrid, 2009) e Insurrección del recuerdo (Ángaro, Sevilla, 2011). Sus publicaciones poéticas figuran en revistas y antologías como Nayagua, Ágora, Salina, El Coloquio de los perros, Ariadna, Voces Nuevas y La Pájara Pinta, entre otras.

Igual de nueva

De nuevo me trae hasta la playa
el puente y su baranda,
el mismo trecho cada año,
la insólita travesía de madera
adentrándose en la duna.
No cambian los espacios
de infinitos azules en pugna
que al final del barandal en curva
el camino al horizonte entrega
ante tu vista.

De nuevo frente a mí se ha abierto
expectante, una ventana, una mañana azul
recién nacida, eso no cambia:
los ojos deslumbrados, los espacios infinitos,
la distancia fabulosa que sabes se abrirá
al final del recorrido, ante el balcón de tu mirada,
esta mañana nueva igual que siempre.

Vespertina, casi noche

A esta hora a la orilla del mar
el tráfago de bañistas en la playa
nos concede una tregua
y el oleaje persiste en cambio
con su otra marea
que forma ahora
una lámina fina, gris brillante,
casi rosa, casi malva, sobre la arena,
piélago que ahora hollamos,
laguna fluvial casi
en las finísimas ensenadas marinas
que la marea forma.
El mar se ha vuelto
lago, casi río, y el viento, brisa,
lasitud, abandono con sus rosas, malvas, grises,
más insistentemente azul, azules plomo,
más lentamente gris, apenas ya azul…
Indolencia del caminante solitario
por la playa que ya ha cumplido su día
y espera su paz y su sosiego.
La miramos ahora,
la miramos, no se nos pierda la visión, el sueño.